Para nosotros como el papas el proceso fue un poco distinto, significaba darle permiso para estar fuera muchos meses y sentir que uno no podría “protegerla” como lo esta aquí en casa, pero algunos de nuestros sobrinos ya habían participado del programa por lo que habíamos podido ver que significaba para ellos y sus papas.
Shnat le ha dado a Yael la posibilidad de aprender a nivel de contenidos y crecer a nivel experiencial. Ha aprendido de judaísmo, de liderazgo, de sionismo, de actualidad israelí, de arte y cultura entre otros temas. Pero para nosotros lo mas importante ha sido su crecimiento personal, ha logrado mayores niveles de autonomía, de responsabilidad, de compañerismo y solidaridad. Cuenta con más herramientas para enfrentar su próxima vida universitaria, en especial en un contexto como el de hoy en chile donde no siempre es fácil ser judío/sionista.
Estamos felices de que ella haya podido participar de esta experiencia, ha sido hasta ahora una experticia preciosa para ella y para nosotros a la distancia.
Si alguno de ustedes es mama o papa de algún madrij y está dudoso de dejarlo ir a shnat, feliz podemos conversar, para contarles nuestra experiencia la que quizás les sirva para responder dudas o inquietudes.